El crecimiento del sector servicios estadounidense no cumple las expectativas del mercado
La reciente publicación del índice ISM del sector no manufacturero de EE.UU. ha revelado una ralentización de la actividad empresarial generada desde el sector servicios durante el mes de marzo.
Los datos revelan que la presión sobre los precios en el país se está ralentizando, al igual que el ritmo de realización de nuevos pedidos. En conjunto, los datos muestran una expansión del sector servicios, pero la velocidad de expansión está por debajo de las previsiones de los economistas.
El índice ISM del sector no manufacturero cae hasta el 51,2
En marzo, la lectura del índice ISM del sector no manufacturero se situó en 51,2 puntos. Esta fue una lectura más baja que el valor del mes pasado de 55,1 durante febrero. Del mismo modo, la lectura de enero fue de 55,2.
En general, esto muestra una tendencia de desaceleración en el sector servicios de los EE.UU. a partir de enero hasta marzo. Pero a pesar de la caída gradual del índice, sigue estando por encima de la línea media de 50, lo que nos indica que la expansión continúa.
Según Anthony Nieves (Presidente del ISM), en los últimos meses se ha observado un retroceso en el crecimiento del sector servicios.
De hecho, los precios pagados asociados a los insumos han bajado a 59,5. Un valor tan bajo sólo se había visto por última vez en 2022, lo que nos indica que las cosas no van del todo bien para el sector servicios estadounidense.
Los nuevos pedidos recibidos también bajaron de 62,6 durante febrero a sólo 52,2 en marzo. Según los expertos, los nuevos pedidos del sector servicios son una parte importante de la economía estadounidense. Por tanto, una caída gradual de los nuevos pedidos apunta también a una marcha lenta hacia la contracción.
Según los expertos, la tendencia general de las ventas fue saludable en el país, pero hay cierta preocupación por las inciertas perspectivas económicas del país.
En el origen de los problemas está una Reserva Federal agresiva y su empeño en subir los tipos de interés. Aunque esta política ha enfriado los precios, también está afectando al conjunto de la economía estadounidense.
